Si conocer un juego es toda una experiencia, imagina lo que significa dominar el arte de cómo explicar un juego de mesa. Muchas veces no será hasta que dispongamos los componentes sobre la mesa y empecemos a jugar que entenderemos completamente un juego, y más importantemente aún, si ese juego nos gusta o no.
Pero antes de iniciar la partida, hay que saber cómo jugarlo.
Y es aquí donde aparece uno de los roles más importantes en el mundo de los juegos de mesa; aquella persona que, sin capa y sin canciones de fondo, se embarca en la noble misión de explicar cómo se juega a quienes serán sus adversarios -o compañeros, si es un cooperativo, durante las próximas horas.
¿Quién es Diluvio Lúdico?
Antes de lanzarnos de lleno a los consejos, un poco de contexto.
Mi nombre es Daniel Guzmán, aunque en la escena lúdica me conocen más como Diluvio Lúdico (o Tío Diluvio, que me gusta más de hecho). Soy Terapeuta Ocupacional y, pese a que el oficio ayuda, no se trata de ningún don ni parte de un pacto con alguna entidad Lovecraftiana. Es simplemente práctica. Bastante práctica.
Llevo más de 6 años haciendo videos tutoriales y otros contenidos sobre juegos de mesa. En todo este tiempo, un comentario que siempre aprecio con cariño es cuando me dicen que entendieron un juego gracias a una explicación que di.
Trabajando como Terapeuta Ocupacional en un colegio donde incluí juegos de mesa, me vi a mi mismo explicando el mismo juego 30-40 veces en una semana, lo que me permitió pulir un discurso y una estructura que, hasta ahora, ha tenido muy buena recepción.
Puedes revisar mis videos en mi canal de YouTube y también en Instagram.
Cinco consejos para explicar un juego de mesa
Sobre los hombros de la persona que explica un juego recae una gran responsabilidad. Si esa persona eres tu, para salvarte de un potencial linchamiento público por no explicar bien algunas reglas, esta es mi lista de cinco consejos para para llevar esa explicación al mejor puerto y no fallar en el intento.
Estas recomendaciones nacen de experiencia como Terapeuta y también haciendo videos por más de seis años. Aunque no tiene ningún orden en particular, estos son mis cinco consejos para que sepas cómo explicar un juego de mesa, tal y como lo hago yo.
Conoce bien las reglas antes de explicarlas
Esto puede sonar obvio, pero es muy importante. No puedo explicar un juego si no lo conozco bien. Explicar las reglas no es un copiar-pegar de lo que dice el manual, y si intentamos explicar algo de memoria nos será mucho más difícil.
La idea es que puedas leer el manual, ver algún video explicativo, una partida de ejemplo o lo que consideres necesario que te permita decir “Okay, entiendo”.
Considera que los manuales pueden tener estilos de redacción distintos, así que si no entiendes algo mientras lo lees, siéntete en confianza de revisar fuentes de información complementarias.
Al conocer bien las reglas, podrás responder preguntas más fácilmente, o directamente decir “esto lo vamos a entender en breve”. Recuerda que tu eres quien explica, así que intenta hacerlo de la forma más cómoda posible.
Conoce a tu público
Saber cuáles son los gustos de las personas que van a jugar, o conocer qué estilo/perfil de jugador es cada uno, te permitirá enfocarte mucho mejor en los elementos que le son interesantes a esos jugadores en particular.
Por ejemplo, si tengo un amigo que disfruta mucho los juegos competitivos, en mi explicación daré énfasis en cómo puedes afectar la jugada de los demás.
Si alguien es más de juntar piezas porque son bonitas y se ven bien juntas, puedes enfocarte en cuáles son los diferentes caminos para obtenerlas, y así.
También puedes saber qué tan distraídas pueden ser las personas a quienes explicas algunos juegos, entendiendo que no todos disfrutan las mismas experiencias de juego.
De esta manera, si conoces a tu público y llevas juegos que seguramente les interesarán (por temática, dinámica o mecánica), ya tendrás un extra asegurado durante la explicación.
Si, por ejemplo, vas a jugar Wingspan con una amiga que le gusta mucho el dibujo, menciona que las ilustraciones fueron hechas por dos artistas colombianas.
Si vas a jugar Azul con tu amigo que le gusta la decoración, menciona que el juego está inspirado en la visita del Rey Manuel I a Portugal y por qué el juego se llama Azul y no fue traducido a “blue”.
Todos estos elementos podrán aumentar el interés en el juego, y por ende, en la explicación.
Practica y percibe la explicación que estás dando
Me ha pasado muchas veces que estoy en medio de una explicación, veo el rostro de las personas a quienes les estoy explicando, y su cara de confusión es notoria.
O quizás, mientras explico, el teléfono celular se vuelve más interesante que lo que estoy diciendo. Todo eso debes saber observarlo y adaptar lo que estás diciendo para que sea más atractivo.
Puedes tomar un camino más directo y decir algo como “¿Dudas hasta ahora?”, o bien dar tranquilidad y decir “esto lo vas a entender mucho mejor cuando lo estemos jugando, no te preocupes”.
La idea es que cada vez que expliques un juego lo hagas mejor, y retroalimentarte de lo que está ocurriendo en la mesa mientras explicas puede ser de gran ayuda.
Explica los elementos más relevantes del juego
Esto es lo que muchas veces denomino “la gracia del juego”. Muchas veces no será hasta que empecemos a jugar que vamos a entender lo que hace especial esta sugerencia de juego que trajiste, y hasta que eso ocurra, el juego solo existe en la imaginación de la persona.
Según la cantidad de reglas, puede que aún no entienda el por qué querría hacer tal o tal acción, por lo que es muy importante que mientras más pronto expliques lo que hace especial a ese juego, mejor.
No todo se trata del cómo se mueven las piezas o cómo obtengo puntaje; explicitar qué hace especial a un juego puede dar confianza a los demás jugadores, e incluso permitirá que no se sientan en desventaja al entender que uno u otro elemento no depende completamente de ti.
De la mano de esto, siempre es bueno responder a la gran pregunta “¿Qué espera el juego de mí?”. Si además de explicar las cosas que se pueden hacer, explicas el sentido que tendrá cada acción, podrá ser mucho más práctica la explicación.
No ejemplifiques demasiado ni des instrucciones
Esto es algo que veo mucho en clases. A mis estudiantes les pido una definición y me dan ejemplos. Les pregunto qué es algo y me dicen “es como cuando…”. Eso no es una definición, es un ejemplo, y los ejemplos pueden confundir más que aclarar si aún no entiendo qué estoy haciendo o por qué.
Usando esta premisa, intento ejemplificar lo menos posible, y si doy algún ejemplo, que sea lo más concreto posible. Por ejemplo, en Toma 6 hago el gesto técnico de todos dejando una carta boca abajo y contando hasta 3 para que todos la volteemos al mismo tiempo, pero lo hago mientras verbalmente lo estoy explicando.
Un elemento que probablemente aparezca durante un juego es que la persona que escuchó las reglas pero solo entendió la mitad, imite lo que uno estará haciendo, y eso está bastante bien.
A veces decir “has esto” o “mejor has esto”, e incluso el “no te conviene hacer eso” no siempre serán bien recibidos. A veces, incluso es buena idea permitir el error, pero es muy distinto sugerir que instruir.
Evidentemente pueden haber muchos consejos más, pero creo que con estos 5 podrás embarcarte mejor en tu próxima aventura explicando un juego. Y como siempre digo aquí; Como todo buen juego, se entiende mejor a medida que se juega.