Daniel Arosteguy y cese de La Vaca del Tablero: «Se empezaron a cerrar las puertas»

El panorama lúdico nacional ve cerrar un capítulo en el sur. La Vaca del Tablero, el proyecto osornino liderado por Daniel Arosteguy que navegó entre tienda especializada y editorial de juegos chilenos, concluyó este domingo 19 de octubre su recorrido. Sin embargo, su fundador aclara que no es un final, sino una transformación meditada hacia una nueva etapa enfocada exclusivamente en su rol como autor, bajo el nombre de Dani Blue Jet.

Conversamos sobre los motivos de este giro, el balance de lo aprendido y los desafíos que abraza.

La decisión de cerrar La Vaca del Tablero no fue abrupta, sino el resultado de una confluencia de factores personales, profesionales y hasta ciertas «señales» del camino, como lo describe el propio Daniel Arosteguy. 

«Yo tengo que asegurar mi trabajo, mi sustento, para poder después tener la libertad de seguir jugando», explica, refiriéndose a la necesidad prioritaria de obtener su título formal de profesor de música, una oportunidad académica que demandaba tiempo y enfoque.

A esto se sumó una sensación de estancamiento o falta de avance en ciertos frentes del proyecto. «Como que varias puertas se empezaron a cerrar», confiesa Arosteguy, mencionando capacitaciones que no se concretaron y una percepción general de que era momento de reevaluar.

Armaduras musicale fue el primer juego que autopublicó.

«Yo dije, ‘ya, parece que es el momento de ponerle el freno’, o de soltar el acelerador. La Vaca continuó un tiempo ‘por inercia’, pero el cambio de rumbo era inminente”, cuenta..

La propia estructura del proyecto, especialmente en su fase final operando mayormente en solitario, presentó desafíos considerables. Arosteguy reconoce las limitaciones: «Vi que hay una parte súper importante que es el marketing, que es mucha pega, gente que sepa (…). Encuentro que la Vaca (…) no llegó bien a ese lado, le faltó”, admitió.

Gestionar una editorial unipersonal “fue demasiado», una carga difícil de sostener junto a sus otras responsabilidades y aspiraciones. La divergencia de visiones con su antiguo colaborador, Seba Ramírez (hoy fundador de Eterna Games), también influyó, ya que Daniel buscaba abarcar un espectro más amplio -como eventos y capacitaciones-, mientras Seba prefería concentrarse puramente en la creación de juegos.

Las razones del cierre

El panorama lúdico nacional ve cerrar un capítulo en el sur. La Vaca del Tablero, el proyecto osornino liderado por Daniel Arosteguy que navegó entre tienda especializada y editorial de juegos chilenos, concluye su recorrido. Sin embargo, su fundador aclara que no es un final, sino una transformación meditada hacia una nueva etapa enfocada exclusivamente en su rol como autor, bajo el nombre de Dani Blue Jet. Conversamos sobre los motivos de este giro, el balance de lo aprendido y los desafíos que abraza.

La decisión de cerrar La Vaca del Tablero no fue abrupta, sino el resultado de una confluencia de factores personales, profesionales y hasta ciertas «señales» del camino, como lo describe el propio Daniel Arosteguy. «Yo tengo que asegurar mi trabajo, mi sustento, para poder después tener la libertad de seguir jugando», explica, refiriéndose a la necesidad prioritaria de obtener su título formal de profesor de música, una oportunidad académica que demandaba tiempo y enfoque.

A esto se sumó una sensación de estancamiento o falta de avance en ciertos frentes del proyecto. «Como que varias puertas se empezaron a cerrar», confiesa Arosteguy, mencionando capacitaciones que no se concretaron y una percepción general de que era momento de reevaluar. «Yo dije, ‘ya, parece que es el momento de ponerle el freno’, o de soltar el acelerador». La Vaca continuó un tiempo «por inercia», pero el cambio de rumbo era inminente.

La propia estructura del proyecto, especialmente en su fase final operando mayormente en solitario, presentó desafíos considerables. Arosteguy reconoce las limitaciones: «Vi que hay una parte súper importante que es el marketing, que es mucha pega, gente que sepa (…). Encuentro que la Vaca (…) no llegó bien a ese lado, le faltó». Admite que gestionar una editorial unipersonal «es demasiado», una carga difícil de sostener junto a sus otras responsabilidades y aspiraciones. La divergencia de visiones con su antiguo colaborador, Seba Ramírez (hoy Eterna Games), también influyó, ya que Daniel buscaba abarcar un espectro más amplio (eventos, capacitaciones), mientras Seba prefería concentrarse puramente en la creación de juegos.

El legado editorial de La Vaca del Tablero

A pesar del cierre, el trabajo editorial de La Vaca del Tablero deja una huella. Desde ser pioneros en llevar juegos de editoriales chilenas como Fractal a Osorno – «fue bacán porque después (…) las tiendas que había acá en Osorno empezaron a traer juegos chilenos» – hasta sus propias publicaciones. «Armaduras Musicales» (2020), su primera autoedición artesanal, marcó el inicio.

Le siguieron colaboraciones como «De Cero a Ceo» con la Universidad de Los Lagos y la participación en la edición de «Batalla de Coronas» (Fondart).

El año 2023 se perfiló como el de mayor actividad editorial, consolidando un catálogo pequeño pero significativo, afirma Arosteguy.

En 2024 participaron de la segunda edición de La Mesa Maestra con el juego «De cero a ceo«

La experiencia, aunque desafiante, fue enriquecedora. Arosteguy valora la «oportunidad creativa muy grande» que ofrece la industria y la camaradería del ecosistema lúdico chileno. «Hay muy buena onda», afirma. El aprendizaje sobre las complejidades de la edición, la importancia del marketing y las dificultades logísticas de operar desde una región («estar tan al sur (…) yo tengo que juntar harta plata para irme a Roll a Game») son lecciones que ahora capitaliza en su nueva etapa.

Parte fundamental de la trayectoria de La Vaca fue su interacción con otras editoriales. Arosteguy destaca especialmente el constante apoyo e impulso recibido de Ludoismo: «Yo eso yo creo que ha sido un motor tremendo (…) le han puesto mucho, mucha fe a mis juegos (…) las han llevado a Essen”, contó refiriéndose a un trabajo que estrenarán en Ludifest en 2026.

Reconoce también el trabajo de Fractal y menciona la inspiración que le generan proyectos más nuevos como Pudú Juegos o SPL, admirando la capacidad de otros para llevar adelante sus visiones editoriales. Esta red y el ambiente colaborativo, a pesar de las dificultades, reforzaron su vínculo con la creación lúdica, pero que ahora visualiza desde otra vereda.

Sale la Vaca, entre Danny Blue Jet

Con las lecciones aprendidas y las puertas de la gestión editorial cerrándose, la vía autoral se presentó como el camino «más viable». Así nace Dani Blue Jet, una identidad que busca internacionalización y fusionar sus dos pasiones: los juegos y la música («quería combinar algo así que fuera de diseño de juego y música»).

Su propuesta no es convencional. Inspirado por figuras como Vicente Huidobro, busca «empujar la pared», explorar los bordes creativos. «¿Sabes qué encuentro? Que hay una oportunidad creativa muy grande. Que tú podías hacer la cuestión que se te ocurra», reflexiona sobre el potencial del medio. Su enfoque es casi experimental: «¿Quién es el más bacán?», su juego para Roll a Game, subvierte la trivia tradicional con mecánicas «ridículas y entretenidas». Otro prototipo busca una simbiosis total entre música y jugabilidad. Se define como un autor de «pocos juegos», prefiriendo la profundidad y la experimentación focalizada.

A pesar del cierre dela editorial, Arosteguy seguirá ligado a la creación de juegos, ahora bajo el seudónimo de Danny Blue Jet, un nombre que encontró tratando de vincular sus dos pasiones: los juegos y la música.

Surgió, en parte, de una necesidad práctica al interactuar con comunidades internacionales de testeo de juegos online como ‘Break My Game’, donde su apellido «Arosteguy» resultaba impronunciable para hablantes de inglés.

«Jamás pudieron pronunciar mi apellido», comenta entre risas. Más allá de la fonética, Danny Blue Jet representa una visión: «quería combinar algo así que fuera de diseño de juego y música”.

Además, el nombre refleja una ambición de mayor alcance, una identidad artística que pueda trascender fronteras, apuntando a una «expansión incluso internacional», como él mismo señala, buscando «entrar en ese vuelo» global de la industria lúdica moderna.

El primer desafío de esta nueva etapa es llevar sus creaciones a buen puerto. Roll a Game y el concurso Huemul de Oro son las plataformas inmediatas para mostrar «¿Quién es el más vacán?» y buscar acercamientos a otras editoriales, ahora como autor.

«Estoy jugando todas, todas, todas las fichas a Roll a Game y al ¿Quién es más bacán?», asegura. Complementando esto, su faceta musical también tendrá un hito con el lanzamiento de una canción en Ludum Bar durante el sábado 1 de noviembre.

Así, Daniel Arosteguy cierra la etapa de La Vaca del Tablero para abrazar plenamente a Danny Blue Jet, un autor que no busca replicar fórmulas, sino inventarlas. Su enfoque, autodenominado «Huidobriano», se aleja de lo convencional y lógico para explorar lo inesperado, casi lo ilógico, dentro de la estructura de un juego.

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