Integrante activo de La Secata, comunidad catanera surgida en Santiago en 2004. Participa en torneos y eventos presenciales organizados por este grupo y forma parte del equipo detrás de Catan Challenger, uno de los principales circuitos competitivos del país. Su interés por el juego incluye tanto su práctica como el estudio teórico de sus dinámicas.

Catan en Chile: celebración, desafíos y una oportunidad para crecer

El 2025 marcó un hito importante para Catan: su 30° aniversario. Para conmemorarlo, se organizó un torneo internacional simultáneo el pasado 28 de junio, donde distintos países participaron en una celebración que combinó competencia y comunidad. En Chile, Devir Chile fue anfitrión de un evento destacado, con más de 180 jugadores, premios atractivos y recuerdos para los asistentes. Un logro que refleja el crecimiento sostenido de la comunidad catanera nacional y el interés por profesionalizar la escena local.

Sin embargo, este éxito contrasta con ciertas dificultades observadas en el último clasificatorio nacional. La escasa difusión, un reglamento poco claro y el cambio de fecha afectaron especialmente a jugadores de regiones, algunos de los cuales enfrentaron costos no reembolsables por cambios logísticos de último minuto. Este tipo de situaciones, aunque puntuales, generan frustración a una comunidad de jugadores que aspiran a representar a Chile en instancias internacionales.

Lejos de enfocarse solo en los problemas, esta situación puede representar una valiosa oportunidad para avanzar hacia una escena competitiva más robusta. La comunidad chilena de Catan ha acumulado experiencia, recursos y disposición para colaborar en el desarrollo de eventos de calidad. DevirChile, como principal actor editorial del juego en el país, tiene un rol clave en liderar este proceso mediante reglamentos sólidos, comunicación oportuna y alineación con los estándares internacionales establecidos por Catan Studio y las prácticas de torneos oficiales.

Uno de los aspectos que generó mayor debate fue el sistema de rendimiento aplicado en la final nacional. A diferencia de lo habitual en torneos internacionales y nacionales, se priorizó el puntaje acumulado de las mesas por sobre victorias contundentes. Esto generó confusión en parte de la comunidad, ya que puede interpretarse como un criterio que no premia de forma clara la estrategia y ejecución individual. La revisión y aclaración de este sistema (y otros puntos) sería un paso importante para fortalecer la legitimidad competitiva del proceso.

Asimismo, la falta de uniformidad en la implementación de reglas entre distintas tiendas organizadoras evidenció vacíos normativos que dificultaron una experiencia homogénea para los participantes. Comprendemos que muchas tiendas no tienen experiencia previa en torneos clasificatorios, por lo que contar con una guía técnica clara y acompañamiento organizativo resulta esencial.

Es importante reconocer que quienes participaron como jueces y colaboradores del evento lo hicieron con profesionalismo y entusiasmo. No se trata de atribuir responsabilidades individuales, sino de fortalecer los mecanismos institucionales que aseguren calidad, consistencia y equidad en el circuito competitivo nacional.

Si Chile aspira a competir de igual a igual con referentes internacionales como Alemania, Estados Unidos o México, es necesario consolidar una reglamentación clara, transparente y técnicamente bien respaldada al estándar internacional. Para ello, se puede aprovechar el conocimiento acumulado de organizaciones chilenas con experiencia en torneos de Catan, promoviendo un trabajo conjunto entre comunidad, tiendas y editorial.

La buena noticia es que las capacidades existen. El torneo del 30° aniversario lo demostró: hay logística, entusiasmo y una comunidad activa. Si ese impulso se canaliza adecuadamente, Chile puede consolidarse como una potencia sudamericana de Catan. El momento para fortalecer la escena competitiva es ahora, especialmente considerando los clasificatorios que se avecinan. Abrir espacios de diálogo y colaboración será clave para no dejar pasar esta oportunidad histórica.

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